Foto M.E.C. |
En verano las condiciones climáticas lo permiten y es muy beneficioso hacer nuestra sesión de yoga la aire libre.
Beneficios saludables:
La luz solar estimula la producción de vitamina D al estar expuestos a la luz solar. Se produce una mejor oxigenación al respirar aire fresco.
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1.
La arena es una superficie inestable e irregular, cuesta más practicar
algunas posturas pero de esta manera trabajas más la parte muscular para
encontrar la estabilidad y
equilibrio. Los movimientos de la arena obliga el cuerpo en hacer
pequeño ajustes constantemente obligando el cuerpo en activar algunos
músculos que no solemos usar habitualmente para esas posturas.
2. Es el mejor lugar para practicar las posturas invertidas y superar el miedo a caer.
Hay poco riesgo de hacerte daño, aprendes en caer y sales de tu zona de
confort con tensión. Es el mejor espacio de práctica para el pino/
sirsasana o el equilibrio sobre ante brazos/pincha mayurasana.
3. La playa es un buen lugar para practicar las posturas de equilibrio de pie,
es un reto pero permite mejorar y profundizar. La superficie cambiante
de la arena obliga en buscar la estabilidad con la coordinación de los
músculos del cuerpo.
4. Por otro lado, si estas en un entorno con gente, ruido, movimientos del mar que son todo un reto para la concentración.
El objetivo es conseguir aislarse mentalmente del entorno fijando la
mirada en un lugar que no se mueve. Prueba practicar la postura del
árbol/vrkasana.
5. Práctica tus secuencias de yoga con el sonido del mar, usa su
ritmo para tu propio "flow" y busca crear una sintonía entre tu
respiración, tu cuerpo y la naturaleza. Cambia tu ritmo habitual de vinyasa o de práctica con música por el sonido del mar.